Hace pocos meses nos sorprendimos con la contraportada del Diario Córdoba, en la que un pozoalbenses salía retratado con El Rey Felipe VI en Nueva York, lugar de residencia de nuestro paisano, en una visita de Su Majestad.
Jesús García Aparicio (23 Abril de 1984), es un joven pozoalbenses que en gran parte de su juventud jugó en las categorías inferiores del Club Promesas Pozoblanco y también en el primer equipo del club pozoalbense. Debido a sus inmejorables expedientes académicos lleva desde hace años en diferentes lugares por todo el mundo e intenta, siempre que su agenda académica se lo permite practicar el deporte que mas le gusta.
Desde hace un tiempo reside en la "capital del mundo", al lado de rascacielos y entre grandes tumultos de gente. Nuevo York lo acoge con una de las becas mas prestigiosas que existen, las Fulbright, y ha comenzado a disputar algunos torneos de 3x3 y 5x5 en la New York University. Aquí nos deja sus impresiones:
¿A qué edad comenzaste a jugar a baloncesto?
Creo que empecé a jugar al baloncesto cuando tendría en torno a los ocho años. Recuerdo que, junto a muchos de mis compañeros del Colegio Salesiano, nuestro primer contacto con el baloncesto fue en el “panete”, un patio de hormigón y piedra inclinado hacia el centro que había al lado del teatro. Fue una actividad extraescolar organizada por Antonio Jimeno y Pedro García. El grupo era bastante extenso, de unos quince alumnos, y muchos de ellos acabamos integrándonos en la Escuela Municipal de Baloncesto.
¿Qué recuerdos tienes de tus inicios en las categorías inferiores del Club Baloncesto Pozoblanco?
Tengo excelentes recuerdos. La gran mayoría de mis mejores amigos hasta el día de hoy proceden de aquella época. Al principio, había una liga interna de 3x3, si no recuerdo mal. Eso sería por el año 1993 o 1994, aproximadamente. Al principio, cada uno de los equipos recibía un nombre de un equipo de la NBA. El primer año, junto a Marcelino y Antonio Jesús Moreno Sánchez, fuimos los “Detroit Pistons”. Al año siguiente se dio nombre, y te vas a reír, de frutos secos, y se nos adjudicó el nombre de “Los Pistachos”. En 1995, empezamos a jugar en competiciones provinciales. De todos los que empezamos tres años antes, sólo quedamos 12 o 13, y el equipo permaneció intacto, salvo algunos cambios, hasta la temporada 2001-02, nuestro último año de junior. ¿Qué puedo decir? Fueron grandes años con los mejores compañeros que podía imaginar. Había muy buen ambiente, mucho compañerismo, -aunque por supuesto la competencia para jugar siempre existía, y mucho respeto entre nosotros. Además, tuvimos la suerte de tener muy buenos entrenadores y muy pocos a lo largo de todos aquellos años, lo que ayudó a aún más si cabe a dar cohesión al equipo.
¿En qué posición solías jugar y en cuál te sentías más cómodo?
Yo no he sabido jugar en otra posición que no fuese la de pivot. Desde pequeño jugué ahí, y ahí sigo jugando. A pesar de mi estatura, me siento muy cómodo jugando ahí.
¿Cuál fue el primer contacto con el baloncesto fuera de tu club y fuera de tu país?
Fuera de mi club, de manera oficial, yo no he jugado en ningún equipo de baloncesto distinto al Club Baloncesto Promesas de Pozoblanco. Mis amigos han jugado ahí y ahí siempre he querido jugar, siempre y cuando mi vida académica o profesional me lo ha permitido. Fuera del país, mi primer contacto con el baloncesto fue en Hamburgo, Alemania, en julio de 2005 cuando salí por primera vez al extranjero. Recuerdo que había unas pistas urbanas en un parque cercano a la calle Altonaer Strasse. Había gente de muchos países, no sólo de Alemania, también de Turquía, Corea del Sur, o EE.UU. Es increíble cómo el deporte te ayuda a recortar distancias que el idioma te impide. Gracias al baloncesto conocí a grandes amigos que aún conservo. No importa de dónde vengas, y si no sabes el idioma, el deporte es siempre un vínculo de unión. El baloncesto siempre me ha servido como puente de unión allí donde he estado.
¿Juegas al baloncesto en EE.UU.? ¿Qué diferencias encuentras entre el baloncesto europeo y el Basket americano?
¡Por supuesto que juego! ¡Hay que estar loco para venir aquí y no jugar al baloncesto! Junto con otros compañeros de otras facultades, y países formamos un equipo: the “Silver Buckets”. Durante el Winter Semester hubo una liga de 5x5. Ahora hay una liga de 3x3 que dura durante todo el Spring Semester hasta mayo. En el 3x3 las diferencias no son notables, pero en el 5x5 si existen abundantes diferencias entre cómo se juega en Europa y EE.UU. Nada que no se sepa, pienso yo. Aquí el juego es mucho más físico, rápido e individualista.
Tengo que ir en primavera a ver jugar a la gente en el Rucker Park. Este sitio me lo recomendó mi amigo Rafa Jiménez. Este es el epicentro del baloncesto callejero de Nueva York, y probablemente de EE.UU. Está situado en la calle 155th y 8th Avenida, en el barrio de Harlem. En este parque juega gente con un talento espectacular y que nunca ha pisado una cancha de la NBA. De hecho, grandes estrellas de la NBA que decidieron participar en la liga de verano se han ido a casa derrotados. Este parque es mítico en el mundo “streetball”. Entre los jugadores de baloncesto que han jugado en el Rucker Park se encuentran Kobe Bryant, Vince Carter, Baron Davis, Kevin Duran, Steve Francis, Allen Iverson, Tracy McGrady, o Paul Pierce.
¿Hasta qué punto es verdad la frase: " en Europa son equipos y en EEUU son jugadores "?
En mi equipo, ciertamente, creo que existe un buen equilibrio entre europeos y americanos, y eso se nota. Tenemos la ventaja de pensar como equipo, a la vez que existen jugadores con unas cualidades individuales impresionantes, en tiro y en bote. Por otra parte, he venido muchos días a jugar al baloncesto “por libre”, y eso es un “correcalles”. La gente coge el rebote, bota, sale corriendo, tira, y vuelta a empezar.
¿Te atreves con alguna anécdota de tu paso por el Club Promesas Pozoblanco?
Tengo muchas, pero una de las últimas que viví en mi último año como jugador en la temporada 2010/2011,fue cuando en el partido Puente Genil-Pozoblanco de la liga regular, Chorro, que por aquel entonces era jugador y entrenador simultáneamente, pidió un tiempo muerto a falta de escasos segundos para terminar, simplemente para dedicárselo al entrenador del equipo contrario. Todo vino a raíz de un tiempo muerto que el propio entrenador de Puente Genil pidió en el último minuto cuando el partido estaba totalmente resuelto a su favor. Nadie se jugaba ya nada. Y así lo hizo. Chorro pidió un tiempo muerto a continuación y él dijo: “te lo dedico”. Era la primera vez en mi vida que he visto a alguien dedicar un tiempo muerto de entrenador a entrenador. He visto dedicar canastas, tapones, asistencias…pero ¿un tiempo muerto? Lo mejor fue cuando estábamos en corrillo, Chorro nos ordenó que además nos riéramos a carcajadas. La verdad es que yo ya me estaba riendo. Y así lo hicimos. A partir de ahí se desencadenó una sucesión de acontecimientos que acabó con varias técnicas al equipo contrario, y la expulsión de su entrenador fuera del pabellón. Perdimos aquel partido, pero creo que sigue siendo una anécdota única.
Ya lo hice personalmente, pero soy todo agradecimiento a Jesús, entrevistado sin tiempo material debido a sus estudios y dando todas las facilidades en forma de fotografías y amabilidad.