El Hombre de la aerodinámica

¿Qué es más importante en la Formula 1? ¿Hombre o maquina?. Cuestiones que sobrevuelan desde hace décadas este gran circo del automovilismo.

Hace poco días, el piloto más laureado de nuestro país y, según los entendidos, el mejor de la actual parrilla, Fernando Alonso, sorprendió con unas declaraciones: "no luchamos contra Sebastian Vettel, sino contra Adrian Newey"
No se trata de menospreciar el gran piloto que es el alemán, demostrando cada Gran Premio el talento al volante. Fernando quiere dejar claro que el creador de la máquina, el padre del Red Bull RB8 Renault es el verdadero artífice de que la escudería de la bebida energética sea casi invencible.

Adrian Newey (26 de diciembre de 1958), ingeniero, diseñador y director técnico de la escudería austriaca, es un genio, y como tal tiene sus excentricidades, genialidades y fracasos. Entre ellas, la de realizar sus diseños con papel y lápiz "creo que soy el último dinosaurio de la industria" -declaró en una entrevista a Sportyou.

Con ese método tan arcaico ha diseñado los mejores coches que han corrido por los circuitos del mundial. Su primer coche causó sensación y marcó una tendencia en la F1. Adrian se obsesionó con poner "la aerodinámica por encima del diseño del monoplaza".
Por entonces, los coches se habían vuelto muy grandes y torpes y ese monoplaza fue capaz de competir a la altura de los Mc Laren, Ferrari y Williams.

En 1990 fichó por la todopoderosa Williams F1, escudería con un presupuesto elevado que le permitió crear el chasis FW14, diseño que lo elevó a la altura de los Mc Laren, y debido a algunos problemas de fiabilidad y el gran pilotaje de Ayrton Senna, impidieron que su piloto Nigel Mansell se alzase con el título mundial.


Williams y Newey estaban en la cresta de la ola, y lograron atraer a Ayrton Senna. El piloto brasileño era talento puro, y a Adrian le "picaba" la curiosidad de mezclar ese talento con su gran ingeniería.

La temporada 94 fue la más triste en su carrera. El Williams FW16 creció defectuosamente, eso unido a la prohibición de las ayudas electrónicas, hicieron que Senna no estuviera a gusto en el monoplaza.
La muerte del piloto brasileño marcó la carrera del ingeniero inglés. "El poco pelo que tenía se me cayó en las semanas siguientes al accidente de Ayrton" "Fue terrible" "llegué a plantearme si quería seguir participando en un deporte donde morían personas con las maquinas que había creado" declaró.

Aquel coche coche fue modificado, y un desconocido piloto, Damond Hill, le disputó el mundial a Michael Schumacher.

A Mc Laren llegó y besó el santo, pues Hakkinen y la escudería ganaron el mundial en 1998 y 1999. Newey de nuevo dio muestras de su inteligencia. Volvió a abrir un camino que la FIA tuvo que cerrar. Colocó un tercer pedal con el que el piloto solo frenaba una de las ruedas traseras- un modo inteligente de conseguir los efectos de un control de estabilidad y tracción.

De ahí a 5 años de ocaso, en los que vio, como todo el mundo, la hegemonía del  Ferrari de Michael Schumacher.

En 2006 fichó por un humilde equipo, Red Bull Racing, escudería que le prometió lo que siempre había querido, dirección técnica y control sobre equipo de trabajo, pilotos y monoplaza. Tardó 4 años en juntar todas las piezas, pero desde entonces se ha convertido en el equipo a batir, en la escudería que todos persiguen,una hegemonía que tiene pinta va a durar mucho tiempo, todo gracias en buena parte a sus creaciones e innovaciones técnicas.