Michael Schumacher (Hermülheim, Alemania, 3 de enero de 1969) correrá su última carrera este fin de semana en el GP de Brasil, para volver a una jubilación de la que nunca debió volver.
El siete veces Campeón Mundial "colgará" el casco después de tres años en el equipo Mercedes GP, escudería con la que retornó al circo de la F1 tras su primera retirada, en 2006. Tres años sin resultados, tres años en los que sólo consiguió subir al podio en el GP de Europa de este año, en Valencia, al quedar en tercera posición.
Pero Michael no ha sido Schumacher estas tres últimas temporadas. Los deportistas competitivos suelen cometer el mismo error, querer demostrar que, tras su retirada, siguen siendo los mejores. El alemán es uno más de la larga lista de atletas que volvieron para hacer ver que pueden continuar compitiendo. El otro gran ejemplo, Michael Jordan
"El Kaiser", como así lo conocen en el paddock, se subió a un kart por primera vez a los 4 años de edad, modalidad en la que a los 16 fue subcampeón mundial. Tras ver la explosión de aquel niño prodigio al volante, la Formula 3 llamó a su puerta. Pese al cambio, drástico hasta límites insospechados para Michael, en 1991 Eddie Jordan puso sus ojos sobre él, y lo hizo debutar con un Formula 1 a los mandos de un Jordan-Ford. Cuajó una gran clasificación, y en la carrera, debido a problemas técnicos, tuvo que abandonar en la primera vuelta.
Flavio Briatore, por entonces jefe de la escudería Benetton, lanzó sus redes sobre el alemán, pescando al piloto que más proyección demostraba en la pista. Necesitó dos años para hacerse con su primer título mundial, en 1994, pese a llevar un coche con peores prestaciones que sus rivales. Cabe destacar que fue el ganador del trágico GP de San Marino, de ese mismo año, en el que falleció Ayrton Senna. "Ha sido la victoria más amarga de toda mi carrera" declaró el alemán.
En 1995 vuelve a proclamarse campeón mundial, con algo más de holgura, cetro que lo catapultó al equipo que debe la gloria que ha conseguido en este deporte, Ferrari F1 Team.
"Schumi" aterrizó en la escudería italiana en 1996. No era la mejor época para recalar en Ferrari. El equipo sufría los cambios continuos que la FIA (Federación Internacional Automovilismo) introducía en la reglamentación, y eso causó que Schumacher no tuviera un coche competitivo los cuatro primero años. Todo esto sumado al gran pilotaje de Damond Hill y Jacques Villeneuve en primera instancia, y Mika Häkkinen después, provocó que el alemán no consiguiera éxitos con la escudería del "cavallino rampante"
Tras un grave accidente en 1999, en el circuito de Silverstone, que le causó la fractura de una pierna y le imposibilitó la disputa de más de un tercio de campeonato, llegó el año del inicio de la hegemonía.
En el año 2000, Mc Laren-Mercedes y Häkkinen optaban a continuar la racha ganadora después de sus dos campeonatos consecutivos. Pero Michael, en un alarde de pilotaje, extremo en ocasiones, consiguió arrebatárselo al finlandés.
Ferrari volvía a ganar un mundial de pilotos 21 años después, y su vuelta no iba a ser efímera. De ello se encargó "El Kaiser", que durante 5 años (2000 a 2004) ganó todos los campeonatos, forjando así una supremacía nunca vista.
Tuvo que ser un español, Fernando Alonso, quien domó al "cavallino". La temporada 2005 no transcurrió como esperaba el alemán, que se vio desbordado por dos jóvenes como el asturiano y Kimy Räikkönen.
El 21 de octubre de 2006, en el GP de Brasil, anunció su retirada de los circuitos.
Es una pena ver como el mejor de la historia deja este deporte. Si él, seguramente, ya no será lo mismo. De hecho, desde que los grandes de la F1 como Ayton Senna o Alain Prost dejaron de correr en los circuitos nada es igual
Se va el piloto más grande de todos los tiempos. Nos deja con un sabor agridulce, pero con siete entorchados que brillan incluso en la oscuridad de su retorno.
(mensaje en el casco de Schumacher para el último GP de su vida)
Gracias Michael
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