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Jugador Senior del Club Promesas Baloncesto Pozoblanco. Amante del deporte

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Impresiones de un jugador/aficionado de baloncesto

Después de 8 meses sin tocar el blog quiero empezar agradeciendo a toda la gente que por la calle y a través de redes sociales me preguntaban el motivo por el que había dejado de escribir (no había razón alguna para dejar de hacerlo al igual que no la hay para volver a escribir)

Había una persona que me decía: 
"El deporte es todo una mentira, un negocio predecible, donde los grandes se hacen ricos, la clase media se mantiene como bien puede y los chicos desaparecen con el tiempo". Yo intentaba, como deportista y amante del deporte en general, defender el "fair play", el buen hacer de federaciones, clubes y jugadores...

A nivel profesional están al día las barbaridades de los traspasos de jugadores, millonadas de dinero que van y vienen para poder adquirir los derechos de personas. Desde nuestra posición de deportistas amateurs no nos podemos comparar con la clase profesional.

Pero hay una lacra con la que hay que terminar; hablo de la provincia de Córdoba y de los clubes cordobeses (seguro que en otras provincias ocurre pero me ceñiré a criticar lo que nos toca)

 Muchos de los clubes de la ciudad de Córdoba trabajan con una amplia cantidad de niños sin tener problema de sacar casi nunca equipos en todas las categorías que la federación pone en liza.  Con esa ventaja añadida respecto a los equipos de la provincia, logran despuntar más aún cuando, cualquier chico que destaque en algún club de "pueblo", es tanteado para su incorporación. Los clubes de origen quedan mermados al dejarlos sin su principal jugador, subiendo considerablemente el nivel del equipo que lo ha convencido para su cambio. 

Los pequeños clubes hablan de poner una cláusula simbólica, en concepto de derechos de formación, para que los clubes tengan más dificultades para poder "fichar" y adquirir jugadores. Como idea no es mala opción, aunque como jugador que soy considero que se cortaría la proyección de muchos niños. Deberíamos trabajar más y formar a entrenadores en nuestros clubes para que los chavales no encuentren diferencias a la hora de cambiar o no de club. 

Pero quiero tocar algo más sensible, algo que nadie hace incapié en ello y es primordial para la formación y futuro del jugador. NOSOTROS los jugadores somos el factor principal en todo deporte. Ni federaciones, ni clubes ni nada debe anteponerse en el crecimiento  de un chaval. Ver que se trata como mercancías está a la orden del día para el beneficio de unos y la pérdida de otros. 

He vivido de cerca dicha situación y no es agradable ver como te tratan en muchas ocasiones. Tener en la miel jugar en categoría superior a la que siempre has jugado, poder compartir vestuario con grandísimos jugadores....y todo termina cuando los dirigentes no ven viable tu incorporación, ya sea deportiva o económicamente. 

Los jugadores no somos marionetas, somos personas que queremos disfrutar de lo que más nos gusta, niños que soñamos con poder jugar en grandes competiciones, chavales que deseamos ser como Navarro, Gasol o Ricky, jugadores que necesitamos que los altos cargos nos faciliten la labor de poder hacer todo esto de la manera más fácil y sencilla.

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